domingo, 30 de octubre de 2011

He aquí El Hierro.

Hoy hace un mes y dos días que fui por primera vez a El Hierro desde que comenzara la llamada "crisis sismo-volcanológica". Recuerdo aún el "cosquilleo" que tenía en el estómago cuando me senté en el avión, y no porque estuviera nerviosa por el vuelo, ni mucho menos. Tenía la sensación de que algo grande iba a ocurrir, y que yo iba a estar allí para verlo.
Lo cierto es que tras seis días de intenso trabajo, aprender mucho, conocer gente y vivir al límite del reloj, me fui de la isla sin haberla sentido. Y eso que era de lo que allí más se hablaba: "¿Lo sentiste?". Así titulé una crónica en la web de la Cadena SER.

Sin embargo, no ocurría nada; nada, al menos, visible. Las autoridades del Plan Especial de Protección Civil y Emergencia por Riesgo Volcanológico (PEVOLCA) había decidido desplazar de sus viviendas a 53 personas por riesgo de desprendimientos, en Frontera, y habían cerrado el túnel de Los Roquillos. Una circunstancia, sobre todo esta última, que comenzaba a perjudicar al municipio más al norte de la isla. Tampoco ayudaron mucho algunas informaciones que hacían ver (equivocadamente) a El Hierro como un destino inseguro; cuando en realidad, sentir El Hierro era una experiencia muy llamativa.

Yo volví a Tenerife; pero El Hierro seguía vivo. Eso era innegable. Y el domingo, 9 de octubre, un nuevo movimiento de entorno a 4,3 (el IGN varió su magnitud en diversas ocasiones), sacudió de nuevo la isla. Lo suficiente para romperla. Y el lunes, día 10 volví.

Mi segundo viaje duró 12 días. Mucho más intensos, y duros; pero no los cambiaría por nada. Vivía los momentos más completos en mi aún corta carrera periodística; pero también como persona que asiste muy de cerca a algo muy emocionante y que tiene la suerte de poder estar allí para contárselo al resto de la gente.
Viví, así, el comienzo de la erupción submarina, y al día siguiente, el 11; cuando terminaba de comer con el compañero de La Provincia, Pedro Guerra, en La Restinga, llegaba un email: evacuación, elevación del semáforo de riesgo volcánico a rojo en la zona, y rueda de prensa en media hora (a las 15 horas) en Valverde. Al día siguiente, día 12 (festivo "no sentido" en El Hierro), los científicos hallan evidencias de la erupción: la mancha verde.

Al día siguiente, la Cadena SER ampliaba su equipo en la isla del Meridiano, con la periodista Verónica Iglesias y el técnico Pedro Borges. Dos extraordinarios compañeros con los que compartí grandes momentos; como cuando Verónica dijo, por primera vez, que una columna de vapor de agua había salido del intenso burbujeo que había en la tarde del día 17 de octubre en la mancha. ¡Grande Verónica, en el día de su cumpleaños!

Imagen aérea tomada previa a la emisión de la columna de vapor de agua (Cabildo de El Hierro - Gobierno de Canarias)

Y aunque al equipo se sumó otro técnico, Manolo Vega, con la unidad móvil, por lo que pudiera ocurrir; a partir de ese día, 17 de octubre, todo fue a menos. El burbujeo permanente desapareció (o aparecía espontáneamente), y el tremor, esa señal que nos tiene a todos pendientes y que indica la salida de magma, se hizo más pequeña, pero no desapareció.

Y lo peor de todo no era que, a pesar de la insistencia de los medios (absurda por nuestra parte, todo sea dicho), allí no se veía ni volcán ni nada. Pero sí una economía absolutamente destrozada; en Frontera, por el cierre del túnel, y en La Restinga, por la afección a sus fondos, perjudicando sus principales actividades: la pesca, el buceo y el turismo.

El viernes 21 de octubre volví a casa, a Tenerife. Con una mochila, o dos, o tres, llena de conocimientos, experiencias y amigos (Emilio, Pucho, Sergio, Gelmert,... y muchos más), pero con la esperanza de volver... Para ver nacer, por fin, al volcán herreño.

Quién sabe si los "pepinazos" que está lanzando hoy (tres sismos de 3 o más de 3 grados en poco más de una hora, y el mayor de 3,9) significan algo... De momento, lo que sí está claro es que la isla sigue dejando claro que ahí está. "He aquí El Hierro", tal vez piense para sus adentros.

Imagen del tremor (señal gráfica que identifica la erupción). Los terremotos más sentidos son aquellas ampliaciones que sobresalen en la gráfica (Fuente: IGN)


Un último apunte... Gracias por seguir la corriente :)

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