Esta noche estábamos todos en la Luna. Hubo un momento en que, mientras miraba al cielo, escuchaba al resto de vecinos comentar lo que allí estaba ocurriendo. En la calle se paraba la gente para observarla, y hasta en Twitter, unos preguntaban desde dónde se veía bien y otros se asombraban y se emocionaban ante tal espectáculo astronómico. Fueron apenas unos minutos; suficientes para que en el "mundanal ruido" no existiera otra cosa que ese pequeño cuerpo celeste que ocultó su rostro porque la Tierra se interpuso entre él y el Sol.
Reflexiono sobre mi última frase y me pregunto: ¿no es lo mismo lo que le ha ocurrido esta noche a la Luna, que lo que le ha pasado al pacto regional? Me explico. Tras el 22 de mayo (y también antes) lo que más claro parecía era que Coalición Canaria pactaría con el Partido Socialista (o viceversa). El pacto brillaba entonces y cada vez se redondeaba más. Hasta que llegó otro "astro", que parecía similar, pero que en realidad era algo más peculiar: los pactos locales e insulares. Y de repente se hizo la sombra. El problema cuando ocurren estas cosas es que aunque miremos a la Luna, no es ella la que nos interesa, sino su sombra. Dicho de otra manera: mientras no sepamos quién votará qué en el Cabildo de La Palma, el pacto regional está eclipsado. ¿Cuánto durará el fenómeno?
